Haciéndose pasar por sacerdote, Germán Restrepo Quintero se ganó la confianza de la comunidad que asistía a la iglesia Jesús de la Buena Esperanza de Cúcuta, en el departamento de Norte de Santander, en Colombia, la cual nunca se imaginó que terminaría violando a varias niñas y mujeres a las que narcotizaba. El hombre ya había sido condenado años atrás por fingir ser médico.
Restrepo Quintero creó un grupo de semilleros para niñas menores de edad en la parroquia donde ofrecía eucaristía. Para ingresar, las participantes debían beber una supuesta agua bendita, con la que las drogaba para posteriormente violarlas. Así lo dieron a conocer familiares de algunas de sus víctimas.
Debido al hecho, la diócesis de Cúcuta y la Arquediócesis de Bogotá investigaron al supuesto sacerdote y aclararon que el hombre nunca ha pertenecido a la Iglesia Católica.
La Fiscalía investiga las denuncias de las víctimas que se atrevieron a contar lo sucedido. Y recordaron que en 2005 Restrepo Quintero fue condenado a 37 meses de prisión por causar daños graves a la salud de varios pacientes.